viernes, 2 de diciembre de 2022

Día Internacional de la Lucha contra el SIDA

ARIS (Asociación por un Replanteamiento Integral de la Salud) y

FEMAD (Federación Malagueña de Asociaciones de Drogodependencia)

1 de Diciembre de 2022

    Después de lo vivido y aprendido en esta última crisis sanitaria llamada Pandemia de COVID-19, y de la estrecha relación existente entre ésta y aquella del SIDA en los '80, podríamos muy bien cambiar el nombre a Día Internacional de la Lucha por los Derechos Humanos, ya que con cada crisis sanitaria nos hemos visto provocados a desplegar una intensa actividad de resistencia contra las violaciones sistemáticas de nuestros Derechos más fundamentales.

    Muchos son los procedimientos judiciales -muchos aún abiertos- encaminados a dirimir las responsabilidades de miles de muertes innecesarias y prematuras en el estado español, y aunque ya han habido numerosas sentencias favorables a los derechos de las personas y contra los diferentes protocolos COVID, sabemos que el sistema judicial tampoco es una garantía absoluta de protección frente a los abusos de las medidas y normativas desarrolladas para restringir y suspender Derechos Fundamentales, en base a un supuesto bien mayor para proteger a la ciudadanía frente a un virus del que nadie, a día de hoy, ha presentado pruebas empíricas e inequívocas de su existencia. Además, frente a esta histeria colectiva inducida por los gobiernos, las agencias internacionales y amplificada por los medios de comunicación, la población ha sufrido, por parte de las autoridades sanitarias, un cambio contínuo de los tratamientos propuestos, ocasionando aún más fatalidades.

    Sin embargo, son ya 41 años desde el inicio la “epidemia del SIDA”, con hechos ocurridos mucho peores que en el COVID: decenas de miles de muertes prematuras innecesarias por los primeros tratamientos (AZT), millones de vidas truncadas por un diagnóstico sin validez clínica alguna, determinados grupos de población condenados a tomar de por vida tratamientos incompatibles con la salud y la vida, un estigma sólo comparable a la peste o la lepra que no permite hacer una vida normal, etc.; y aún ni siquiera se ha comenzado a depurar responsabilidades, y lo peor, que aún se sigan utilizando unos test inespecíficos y nada fiables, y que aún se siga dando medicamentos peligrosos a gente sana o con patologías tratables con medicinas convencionales y seguras.

    Por todo ello, los firmantes, exigimos con este comunicado que se dejen de usar los mal llamados “test del VIH” ya que están basados en anticuerpos inespecíficos, los test de “recuento de CD4” ya que la relevancia clínica es altamente cuestionable, los test de “carga viral” ya que no están diseñados para detectar ningún virus, y en definitiva, que se deje de estresar y aterrorizar a la ciudadanía, y de manipular y retorcer los hechos para que encajen en una teoría que no se sostiene y que va en contra de las evidencias científicas que han ido aumentado en estos 41 años.

    Si ni la ciencia, ni las agencias internacionales, ni las autoridades sanitarias, ni los gobiernos, dan un paso atrás y retiran los actuales protocolos lesivos y diabólicos en torno al VIH/SIDA, será la gente la que tendrá que obligarles a hacerlo, igual que lo están haciendo con los protocolos COVID.

   
Esta manera de hacer ciencia
, cuyos resultados están basados en conjeturas, suposiciones y deducciones, que construyen teorías sin ensayos de control, con ideas preconcebidas que pervierten el resultado, sin permitir una participación plural de los científicos que incorpore a otras corrientes de pensamiento diferentes a la dominante, es lo que se ha convertido en la verdadera plaga del siglo XXI.