Decenas de países tratan de rescindir los contratos con la farmacéutica tras no utilizar todo el tamiflu que habían almacenado.
Un informe presentado este viernes acusa a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de no hacer público el conflicto de intereses de al menos tres de las personas que escribieron las pautas por las que se rigieron decenas de gobiernos a la hora de gastar miles de millones de dólares en medidas contra la gripe porcina.
Según el documento elaborado por el diario médico British Medical Journal (BMJ) y la Oficina de Periodismo de Investigación, al menos tres de los investigadores que presentaron el grueso de los documentos científicos en los que se basó la adquisición de medicamentos por parte de los gobiernos habían recibido dinero de alguna de las empresas farmacéuticas que producían los fármacos.
Los autores del estudio afirman que, de haber sabido que este era el caso, los gobiernos hubieran podido tratar la información y la recomendación de otra manera.
Iaian Overton, editor jefe de la Oficina de Periodismo Investigativo le dijo a BBC Mundo que "las pautas (de comportamiento contra una pandemia) estaban muy influenciadas por tres anexos que fueron escritos por tres individuos, los profesores Fred Hayden, Arnold Monto y Karl Nicholson, que estaban o habían estado poco antes de ese momento recibiendo dinero de compañías farmacéuticas que obtendrían beneficios de sus recomendaciones".
Las compañías mencionadas son Roche y GlaxoSmithKline (GSK). Roche tuvo beneficios de miles de millones de dólares con la venta de tamiflú a gobiernos que siguieron las recomendaciones de la OMS, mientras que GSK produce relenza y algunos antivirales.
"¿Cuándo hay conflicto?"
"Mientras la OMS siga permaneciendo hermética y no revele quién le está aconsejando y sus conflictos de intereses, sentimos que esto es contraproducente. La OMS está bajo sospecha, porque se cree que está escondiendo algo y esto plantea la duda acerca de la independencia de alguno de sus expertos", señaló Overton.
Pero Gregory Hart, portavoz de la OMS, respondió a través de BBC Mundo que la organización "pide declaraciones de interés a todos sus expertos y eso fue lo que ocurrió en esta ocasión. Las declaraciones son posteriormente evaluadas por el jefe del comité y por la secretaría y ellos son los que revisan si estos conflictos de interés son realmente tales, si necesitan más información o si de verdad hay conflicto se le pide que abandone el comité. Y eso no ocurrió en esta ocasión".
"Hay que hacer una distinción entre el conflicto de interés de una persona que da charlas y cobra por ellas y el conflicto de intereses de alguien que tiene un salario de una compañía", señaló Hart, quien dejó entrever que uno de los criterios que se tiene en cuenta para determinar si existe dicho conflicto es el porcentaje del dinero que recibe una persona de una farmacéutica en relación al total de sus ingresos personales.
El portavoz de la OMS también acusó al British Medical Journal (BMJ) de haber sido "increíblemente selectivo" en la información seleccionada para su informe:
"El BMJ habla de tres expertos en un comité formado por 20, es muy difícil que los votos de tres personas superen a 17".
"La cuestión es el pago"
Pero Deborah Cohen, autora del estudio y editora de reportajes de BMJ, afirma que "la cuestión es si gente que ha sido pagada por compañías que han hecho miles de millones de dólares vendiendo estos fármacos debería tomar la decisión y escribir los manuales de comportamiento y uso de estos medicamentos".
"Yo creo que no es aceptable", concluyó Cohen.
El informe del BMJ y de la Oficina de Periodismo Investigativo también pone en su mira el secretismo alrededor del comité que tomó la decisión de elevar a pandemia la crisis de la gripe porcina, cambiando los parámetros existentes hasta entonces.
El documento dice que se protege la identidad de sus miembros, del que sólo se conoce al presidente, para evitar presiones de la industria, pero que al menos los tres miembros mencionados pertenecen a esa industria de cuya presión quieren huir.
Pero el portavoz de la OMS señaló que "esos tres miembros declararon completamente sus intereses y el propio comité secreto determinó, en conocimiento de la información, que no había conflicto de interés. Una vez que el comité haya finalizado sus funciones se publicará toda la información relativa al mismo".
Mientras se produce este cruce de acusaciones, las dudas sobre la gestión de la OMS durante la crisis de la gripe porcina o gripe A se multiplican a lo largo y ancho del globo, con investigaciones que se llevan a cabo en muchos países europeos por organismos independientes, autoridades e incluso dentro de la misma organización.
EUROPA TAMBIÉN HACE PREGUNTAS
El documento publicado este viernes coincide con otro informe independiente presentado ante el Consejo del Comité Europeo de Salud en el que se revisa la gestión de la OMS en la crisis de la gripe porcina.
El autor del informe, Paul Flynn, del Comité para asuntos de familia y de salud social del Reino Unido, afirma que las decisiones tomadas por la OMS no fueron lo suficientemente transparentes y que crearon una serie de problemas.
Entre ellos, el desperdicio de grandes sumas de dinero público, la provocación de un miedo injustificado entre los europeos, la creación de riesgos de salud a través de medicinas que no habían sido lo suficientemente sometidas a prueba antes de ser autorizadas en procedimientos realizados a toda la velocidad y la distorsión de las prioridades de los servicios públicos en toda Europa.
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