Quiero aclarar que solo soy un individuo con inquietudes, que quiere tomarse la responsabilidad de revisar cuanto digan los expertos en las diferentes materias y compartir mis impresiones con las demás personas que puedan estar interesadas, en este caso, cuestiono la línea de acción de los investigadores a los que hace referencia el artículo mencionado.
Volviendo al artículo, aunque en los primeros párrafos hace una descripción didáctica de qué son los oligodendrocitos, cuál es su función en el sistema nervioso central, y más concretamente entre las neuronas, y qué patologías produce su degeneración, aumento de vulnerabilidad o desaparición, y a pesar de que ya desde el primer párrafo señala la excitotoxicidad como una de las causas de la muerte de estas células, sin embargo, nada nos aclara sobre qué es la excitotoxicidad, bueno, en honor a la verdad, dice que es "un proceso por el cual el exceso de activación de los receptores glutamatérgicos produce [un] daño [...]", pero nada dice de cómo se llega a esa excitotoxicidad, y el hecho de esta notoria omisión resulta ser suficiente para levantar una sospecha:
- ¿puede que no se diga nada acerca de cómo se llega a la excitotoxicidad porque, de alguna manera, se toma como algo intrínseco a nuestra realidad biológica o social sobre lo que nada podemos hacer y nada podemos cambiar?
- ¿o puede que haya intereses ocultos en no mencionar nada al respecto de la excitotoxicidad porque podría emerger una verdad incomoda que indudablemente colisionaría con intereses de la industria político-farmacéutica?
Encuentro elementos para dar una respuesta a estas preguntas en los dos últimos párrafos del artículo mencionado, donde se habla de estudios clínicos, tratamiento actual de la esclerosis múltiple con fármacos, posibilidad de otros tratamientos inexistentes actualmente, y esperanzas de futuro.
En primer lugar, no se menciona en absoluto ninguna línea de trabajo o estudio dirigida a resolver o reducir la excitotoxicidad, que el mismo artículo señala como una de las causas de muerte de los oligodendrocitos, pero, sin embargo, sí existen estudios dirigidos a desarrollar nuevos medicamentos para bloquear el efecto producido por la excitotoxicidad. Esta orientación de los estudios y las investigaciones ponen de manifiesto que la verdadera intención de los departamentos de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+I) de las compañías farmacéuticas están dirigidos --y sus recursos destinados-- a abrir nuevos mercados y a ampliar los ya existentes ("desarrollar fármacos que protejan a estas células" o "encontrar fármacos más eficaces"), pero nunca a resolver el problema de raíz y definitivamente, porque en ese caso, se estarían cerrando posibilidades de mercado.
En segundo lugar, el problema de la excitotoxicidad es un tema que se puso de manifiesto ya en los años '90. Se han generado desde finales de los '60 innumerables trabajos y estudios sobre la peligrosidad para la salud de las personas del uso de excitotoxinas en la industria alimentaria, una amplia variedad de productos alimenticios, aún hoy en día, contienen varias formas de excitotoxinas, incluso en comidas para bebés, y pese al pleno conocimiento de ello, ninguna agencia pública está interesada en la prohibición o regulación de estas sustancias peligrosas, ni suscita ningún interés en ninguna formación política.
En definitiva, mi respuesta a las preguntas anteriores es:
- Sí, es cierto, no hacen ninguna mención de la excitotoxicidad porque ese hecho lo toman como una realidad que no quieren cambiar, porque la investigación dirigida por la industria farmacéutica nunca tendrá como objetivo resolver el problema de forma radical y definitiva, más bien lo contrario, eternizar la investigación hasta el absurdo antes de cerrarse una posibilidad lucrativa de negocio, o hasta que la evidencia la aplaste y empiece a contemplar la probabilidad de hacer frente a demandas multimillonarias por su responsabilidad en muertes o sufrimientos que fueron innecesarios y fácilmente evitables.
- Y sí, sin duda, el tema de la peligrosidad de las excitotoxinas para la salud de las personas es una verdad incomoda que se sigue ocultando desde hace décadas, pese a toda la evidencia publicada en las revistas científicas de rigor, y pese a que, en artículos como el que acabamos de analizar, que ni siquiera disimula esta verdad, la solución está, a todas luces, delante de las narices de quien esté realmente interesado en resolver el problema.
Estos son algunos de los productos que contienen MSG (Glutamato Monosódico o Monoglutamato de sodio, E-621) un potente neurotóxico:
- Glutamato
- Ácido Glutámico
- Gelatina
- Caseinato de calcio
- Proteína hidrolizada
- Caseinato de sodio
- Carragenato
- Maltodextrina
- Extracto de malta
- Ácido cítrico
- Aroma de cerdo (en las patatas fritas)
- Aroma de pollo (en las sopas preparadas)
- Proteína de soja
- Leche ultrapasteurizada
- Leche en polvo
- Salsa de soja
- Caldos de sopas preparados
- Malta de cebada
- Proteína de trigo
- Extracto de levadura
- Proteína texturizada
- Harina de avena hidrolizada
- Aromas, sabores, aromatizantes
- Cualquier producto con proteínas añadidas (proteína de soja, proteína vegetal, proteínas de la leche)
Dr. Russell Blaylock, Excitoxinas | (libro recomendado) |
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¡a vuestra salud!
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