En primer lugar, los que organizan este evento se pasan de paternalistas tres pueblos, ya que, según se ve en su propia comunicación (en el enlace mas abajo), deciden por las demás qué materiales son "perjudiciales para la sociedad y la salud" y cuáles deben considerarse "de una gran falta de seriedad", como si no fuésemos suficientemente capaces de leer, pensar, discernir, debatir y decidir por nosotras mismas.
En segundo lugar, los que han tomado el acuerdo de excluir la posibilidad de que las personas -libres, conscientes, autónomas, independientes, etc.- puedan ver el material al que hacen alusión, se convierten automáticamente en censores de un régimen bien establecido, en autoritarios, en lobbys del orden (y, por qué no decirlo, el negocio) establecido, sin que nadie tenga la mas mínima oportunidad de rebatir ese acuerdo, ya que, o bien nunca sabrán que la distribuidora Peligrosidad Social fue excluida, o bien porque, conociendo este hecho, no tendrán acceso al material que motivó tal acuerdo.
En tercer lugar, los que tomaron este acuerdo no han tenido la diligencia obligada de conocer mas sobre estos controvertidos temas (cáncer y VIH/SIDA), porque, si lo hubieran hecho, habrían descubierto que es un debate que, en el fondo, continúa abierto en el propio seno de la ciencia, aunque de cara al público en general se haya cubierto de cierto consenso y rigurosidad por motivos de posible alarma social, pero que, cualquiera que sea mínimamente diligente, riguroso y serio, se da cuenta de que las teorías dominantes no se sostienen. El debate no se da entre los científicos y los no científicos, o entre los de la ciencia académica ortodoxa y los de otras fuentes de conocimiento, NO, el debate se da entre los científicos de las propias teorías oficiales/dominantes también. Es decir, que los que parece que tienen una "gran falta de seriedad" son las personas que decidieron, mediante este acuerdo asambleario, excluir, marginar, censurar, negar, desterrar al ostracismo a la distribuidora Peligrosidad Social por tener materiales que -precisamente- sostienen ideas, teorías y propuestas de otros científicos que discrepan, disienten y cuestionan las teorías dominantes, justo lo que se espera de un pensamiento crítico como, según mi humilde opinión, deberían tener las personas que se autodenominan anarquistas y libertarios.
Cada quién puede organizar el tipo de evento que quiera, con las restricciones que se le antoje, están en su legítimo derecho, pero resulta bastante incoherente prohibir ciertos puntos de vista y ciertas opiniones en un encuentro del libro anarquista justo porque cuestiona teorías dominantes bien establecidas, ya sin entrar en el tema de la hegemonía que opera en torno a esas teorías, en una realidad repleta de casos de dominación, sometimiento y pérdida de libertades, con conocidas prácticas corruptas, mafiosas y de una elevada incompatibilidad de intereses entre quienes se suponen expertos, consejeros y legisladores.
Este hecho, de excluir a la distribuidora Peligrosidad Social y su material del encuentro del libro anarquista de Cádiz, es un claro atentado a la libertad de información - tanto de informar como de ser informado- y de expresión, que, en este caso, no viene de la derecha rancia y casposa, como sería habitual, sino de una asamblea que se dice anarquista y/o libertaria.
Lo que decía al principio, estos de la asamblea, ni anarquistas, ni libertarios.
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